Cuanto mayor sea el porcentaje de carbono del acero al carbono, más duro y resistente puede volverse el acero mediante el tratamiento térmico. Sin embargo, a medida que aumenta el porcentaje de carbono, el acero al carbono también se vuelve menos dúctil. Los porcentajes de carbono más altos también reducen la capacidad de soldadura y reducen la temperatura de fusión.
El acero con bajo contenido de carbono es duro pero no quebradizo, y generalmente se usa para cosas como vallas de alambre, barandillas y puertas. Es lo suficientemente duro para cumplir su propósito, pero lo suficientemente flexible para trabajarlo fácilmente.
El acero con contenido medio de carbono es el más utilizado en la construcción y para fines estructurales. Lo encontrará en la construcción de vías férreas y puentes, grandes piezas de automóviles y barcos, así como en electrodomésticos como lavadoras y frigoríficos.
El acero con alto contenido de carbono es el más duro, pero también el más frágil. Se utiliza con mayor frecuencia en la fabricación, donde la resistencia es el atributo más deseable. Ideal para alambres y resortes de alta tensión, así como componentes industriales como cuchillas, punzones, troqueles y otras herramientas de corte.